julio 15, 2012

Un mundo perfecto

Es más fácil hablar con los niños, pues para ellos no existen medias tintas, no comprenden las bromas ni  las ironías y no hay lugar para la burla. Para ellos, las cosas son como son, tal cual se presentan, directas, reales, fidedignas. Todo es absoluto, incluso en su gran imaginación, llega un punto en que la realidad se combina con la fantasía a tal perfección que existe una fusión maravillosa, creando un mundo perfecto en el que todo es posible y, por lo tanto, no hay limitaciones como en el mundo terrenal (de ahí que para ellos todo es mejor jugando).

Ahora comprendo mucho más esa frase que dice "quisiera ser niño" (cuando eres ya un adulto), que cuando era niña me preguntaba porque decían tal cosa si yo lo que más deseaba era ser grande (claro, imaginaba todo perfecto, ya les comento como es que puede llegar a funcionar la imaginación en los niños).

Ser niña, cuando tienes tanta curiosidad sobre la vida, se basó en la constante observación de los detalles que me rodeaban todo el tiempo, imaginando poder ver mas allá de las cosas mas pequeñas que puede ver el ojo humano y más allá también de las cosas grandes que ya no se alcanzan a ver. Ahora en retrospectiva, creo que esa es una razón por la que el rumbo dentro de mi gusto por la expresión, por el arte, por la pintura, por la escritura, sigue en formación, o mejor dicho, en constante búsqueda.

Pero no iba por ahí mi filosofar de esta noche, más bien quería hablar sobre la facilidad con la que de grandes nos complicamos tanto las cosas, ese analizar los hechos, las palabras, los actos, sentirnos tan importantes, sentirnos el centro de las situaciones, y cada vez mas alejados de cuando todo se regía por las "leyes" del juego de la imaginación.

Qué felicidad volverse a llevar por esas normas, que a través de mi pequeño hijo estoy volviendo a notar. Ese admirarse por absolutamente cada detalle a su alrededor, cada sonido, cada aroma, cada sensación, cada sabor.

Hay que volver a ver en nuestro interior la escencia de lo que somos, de lo que fuimos cuando niños y dejarnos llevar nuevamente por ese "mundo perfecto" que creabamos en cada juego. A lo mejor, así es como se logra la felicidad cada día.

Y ser niño también es agotador...


Buscando la felicidad, kangoo


2 comentarios:

maritza edith dijo...

apenas me di el tiempo para leer algo de lo que haz escrito =D. Creo que la facilidad de observar siempre la hemos tenido pero queremos observar hacia otros rumbos y con otros significados, que como los niños esa sencillas esa profundidad, decidimos perder día a día con otros contextos de necesidades creadas . que gusto que tu hijo te haga recordar y pensar estas palabras que hoy compartes en este escrito . bonita noche Vane

Anónimo dijo...

Buen comentario Vane ...y siempre lo he dicho "hay que sacar al niño que traemos dentro, constantemente" claro que de esa forma es más fácil ser feliz!!! bechos.