julio 28, 2012

8

Han pasado ya 8 meses desde que estamos juntos aqui afuera. Nunca me imaginé realmente todas las cosas maravillosas que estaban por venir el día que naciste, sobre todo, que mi vida se iba a llenar de esta manera.

Han sido 8 meses tambien de feliz lactancia materna, que tampoco imaginé cómo sería realmente; al principio dude por unos días si lo lograríamos, con tantos contratiempos para adaptarnos, las grietas, la injurgitación, luego la mastitis, después el bleps que volvía y volvía, la candiadiasis y sobre todo los temores. Pero menos mal que seguí informandome, que dimos con la ayuda correcta y que salimos a flote. Ahora eres un bebito muy hermoso, sano, fuerte, sonriente y lleno de amor. Y seguimos disfrutandola.

El número 8 siempre me ha gustado, simboliza el infinito si lo miras acostado y así, como el infinito amor que te tengo.


El verano del 2011, aún dentro del "horno"


Hoy, juntos compartiendo esta aventura que se llama vida.
Felices primeros 8 meses de vida, de lactancia y de ser mamá.

Con amor, mamá kangoo

julio 18, 2012

El asunto de las papillas

Cuando Alejandro cumplió los 6 meses, pensé que nos había llegado "la hora" y me puse cual aplicada que soy (para casi todo), en la tarea de seguir paso a paso las instrucciones que me recomendó su pediatra.

Con la lista de verduras y frutas en mano, lo primero que me pregunté fue si darle papillas hechas en casa o probar con las que venden hechas, si darle trocitos de comida o si meter comida en la red especial. Me inundaron las dudas y los temores de estar haciendo "lo correcto".

Primera experiencia, primera papilla

Empezamos la primera semana con las papillas que venden, estos primeros días parecía que todo iba de maravilla para mi, pues el bebé se los comía sin chistar casi. Había días que se comía todo el frasquito y otros que se llenaba con la mitad. Luego se me terminaron las opciones de este tipo de papillas y decidí probar mis artes culinarios. El primer día mezcle la verdura con un poco de leche materna y parecía que le había encantado, pero al segundo día y después de casi dos semanas de haber comenzado a probar los alimentos complementarios, empezó la verdadera aventura, Alejandro parecía haber reaccionado ante la nueva actividad y mostró su verdadera postura ante ello, vomitando las papillas...

Mi primera reacción fue de angustia, estaría haciendo algo mal? Sería algún malestar lo que le provoca el vomito? Tal sería su desagrado por esa verdura que era mejor vomitar? Y así, preocupada emprendí un censo con todas mis conocidas mamás de bebés y niños pequeños, pregunté cual había sido su técnica, en qué mes habían comenzado a introducir qué alimentos y cómo había sido la reacción de sus bebés, cual era su método para preparalas, si estaba a favor o en contra de las papillas que se compran hechas, etc, etc. Y nada, ninguna respuesta me era satisfactoria por completo.

Así que continue con mi encuesta en mi grupo de apoyo a la lactancia y crianza, mis amigas de MIMA, pensando que al menos ellas ponen en práctica métodos más cercanos a como intento criar a mi bebé (digo, ya compartimos el amor al arte del amamantamiento, ellas son de mi clan y hablan mi mismo idioma) y áhí fue donde obtuve respuestas que me dejaron un poco mas tranquila. Me explicaron el método "libre de papillas" donde la técnica es sentar al bebé a la mesa al mismo tiempo que yo hago mis comidas y darle de mi plato lo que él pueda ir provando, teniendo cuidado en el método de preparación de los alimentos (sin sal y a vapor o bien crudos, sin semillas, sin piel y ese tipo de detalles a tomar en cuenta), otro tip era darle en pequeños trozos lo que pueda coger con sus manos para que solito se los lleve a la boca y así vaya probando los distintos sabores, usar la red especial o bien, dejarlo que juegue con un poco de puré de verduras o frutas en su plato o la charola de su sillita especial para comer y sobre todo relajarme, dejar de poner expectativas en él, si lo veo que está feliz, creciendo, sano y sigo alimentandolo al pecho, estar segura y tranquila de que no necesita nada más, darle tiempo a su desarrollo que ya llegará el momento en que comience a comer como un adulto espera.

Con toda esta información, llegamos a casa y guarde "por si se ofrece" los frasquitos de papillas en la alacena y decidí intentar este método, pero en esos días comenzaron a haber muchos cambios en casa,  llegaron las vacaciones, visitas y yo comenzaba también a tener algunos deberes en mi casa que no había tenido que preocuparme en todos estos meses. Así que el estrés continuó y cuando sentaba al bebé a la mesa y él no mostraba interés por la comida yo comenzaba a tener sentimientos. Mal, no va por ahí la cosa, así como con la lactancia, sentía que debía encontrar la forma de disfrutar este cambio y no sufrirlo, algo me faltaba para sentirme segura, me leí el libro del Dr. Carlos González "Mi niño no me come", como una alumna muy estudiosa para su examen.

Al final, todo va caminando bien, terminé de leer el libro y después de relajarme creo que las cosas van de maravilla. Por un lado, mi pequeñito muestra tal desarrollo y felicidad a diario que dejó de preocuparme que ya era "hora" de comenzar con las papillas; me olvidé de ellas, las conocí y por fin me di cuenta que no eran lo mío. También noté que la red especial no era lo suyo, así que comencé a ofrecerle trozos: fruta por la mañana que a veces prueba un segundo y hace alguna arcada, otras solo juega un poco, a veces le gustan y los chupa un buen rato. Hay días que le doy a probar alguna verdura, un trozo de papa o un trozo de tomate, una zanahoria o una lechuga. Y otros días sólo pecho. Y todos contentos.



Probando los trocitos de manzana

La conclusión del libro es muy clara: NO OBLIGAR AL NIÑO A COMER, NUNCA.

En las cuestiones de los bebés mucho es el rollo que traemos las madres por dentro, las expectativas propias sobre su desarrollo, sobre quedar "bien" ante los ojos de los demás, sobre dar explicaciones para no sentir culpa por la decisiones tomadas por instinto. Tratar de comprender las expresiones de tu bebé (el llanto no es su única forma de expresión, aunque si la mas fácil de notar), dejarlo crecer y darte cuenta de que aunque parezca que no es así, los bebés saben, ellos traen su ritmo para todo y una debe disfrutar la aventura y el paseo.

Alimentación complementaria sin prisas, sin sufrimiento, sin tiempos y con naturalidad es lo que más deseaba. Y ahora cada que me invada la pregunta "estaré haciendolo bien?" sólo basta con observarlo unos minutos y contestarme "lo estoy haciendo muy bien".

Gajes de ser mamá primeriza....kangoo :)

julio 15, 2012

Un mundo perfecto

Es más fácil hablar con los niños, pues para ellos no existen medias tintas, no comprenden las bromas ni  las ironías y no hay lugar para la burla. Para ellos, las cosas son como son, tal cual se presentan, directas, reales, fidedignas. Todo es absoluto, incluso en su gran imaginación, llega un punto en que la realidad se combina con la fantasía a tal perfección que existe una fusión maravillosa, creando un mundo perfecto en el que todo es posible y, por lo tanto, no hay limitaciones como en el mundo terrenal (de ahí que para ellos todo es mejor jugando).

Ahora comprendo mucho más esa frase que dice "quisiera ser niño" (cuando eres ya un adulto), que cuando era niña me preguntaba porque decían tal cosa si yo lo que más deseaba era ser grande (claro, imaginaba todo perfecto, ya les comento como es que puede llegar a funcionar la imaginación en los niños).

Ser niña, cuando tienes tanta curiosidad sobre la vida, se basó en la constante observación de los detalles que me rodeaban todo el tiempo, imaginando poder ver mas allá de las cosas mas pequeñas que puede ver el ojo humano y más allá también de las cosas grandes que ya no se alcanzan a ver. Ahora en retrospectiva, creo que esa es una razón por la que el rumbo dentro de mi gusto por la expresión, por el arte, por la pintura, por la escritura, sigue en formación, o mejor dicho, en constante búsqueda.

Pero no iba por ahí mi filosofar de esta noche, más bien quería hablar sobre la facilidad con la que de grandes nos complicamos tanto las cosas, ese analizar los hechos, las palabras, los actos, sentirnos tan importantes, sentirnos el centro de las situaciones, y cada vez mas alejados de cuando todo se regía por las "leyes" del juego de la imaginación.

Qué felicidad volverse a llevar por esas normas, que a través de mi pequeño hijo estoy volviendo a notar. Ese admirarse por absolutamente cada detalle a su alrededor, cada sonido, cada aroma, cada sensación, cada sabor.

Hay que volver a ver en nuestro interior la escencia de lo que somos, de lo que fuimos cuando niños y dejarnos llevar nuevamente por ese "mundo perfecto" que creabamos en cada juego. A lo mejor, así es como se logra la felicidad cada día.

Y ser niño también es agotador...


Buscando la felicidad, kangoo


julio 13, 2012

Tocando el cielo

Siempre me ha gustado subirme a los juegos de una feria. Mi favorito siempre han sido las sillas voladoras porque me hacen sentir que realmente estoy mas cerca del cielo y que es como ir volando. Incluso subirme en los columpios de cualquier parque me genera esa sensación (aunque mucho mas cerca del suelo) y las montañas rusas donde cuelgan los pies son increibles!

Una vez me llevó un amigo a escalar y también a practicar un poco de tirolesa, tuve una sensación casi suicida. Recuerdo estar parada en la punta de la piedra con el arnés puesto en mi espalda y sentir muchísimo miedo de que al soltarme pudiera caer y reventarme en el piso... mi amigo me esperaba abajo y me gritaba que lo hiciera sin pensar, que él me estaría esperando para cacharme. Fue horrible aventarme, pero una vez en el aire, cuando dejé de gritar, me di cuenta que casi era como volar y abrí los brazos y los ojos e imagine que verdaderamente lo hacia!!

Y ayer, mientras esperabamos en el aeropuerto y me tomaba un "lechero" (cafe latté como le llaman por acá), leí la servilleta del lugar que se llama "Café punta del cielo" y entonces pensé que volar en avión si que te acerca al cielo, pero no se compara con las sensaciones que hasta un columpio puede provocar, esos segundos cuando después de agarrar suficiente "vuelito" decides aventarte un brinco y caer mas adelante, ni la sensación que te provoca ir a la velocidad de una montaña rusa con los pies descalzos  sintiendo el aire pasar entre tus dedos, ni soltar los brazos y piernas sostenido por un arnés a tu espalda, ni sentir que abrazas el cielo mientras vas comodamente sentado girando alrededor de un poste pintado como caramelo en una feria cualquiera. Eso si es tocar la punta del cielo.


Alejandro jugó mientras estuvimos ahí y hasta estuvo coqueteando con unas niñas que llegaron al café...seguramente ellas me entienden :)



A volar! (aunque sea en sueños), kangoo

julio 11, 2012

1, 2....y 3

En los últimos 8 meses esta sería la  tercera cirugía a la que me someto. No sé qué es lo que me está tratando de enseñar la vida o que es lo que no estoy trabajando de mi persona que estoy pasando por estas experiencias, pues si bien se, todo lo que nos pasa físicamente tiene un trasfondo emocional o psico-somático.


La primera fue la cesárea que me realizaron para traer al mundo a Alejandro. Ahora que lo pienso, no puedo culparme, ni culpar a nadie de que haya sido así y no un parto vaginal como me hubiera gustado, así sucedió a lo mejor por mi inexperiencia (en gran parte) y por el gran negocio (o no se como llamarlo) que existe en este estado de Nuevo León, México que se lleva el 1er lugar en cesáreas del país!!! 

Como quiera que haya sido, el resultado de este primer encuentro mio con un quirófano, una anestesia y un equipo médico, me trajo la mas grande bendición a mi vida, mi primer hijo. Así que al final, decido no quejarme mucho al respecto...


La segunda sucedió unos meses después cuando un buen día probé un caldo de pollo muy caliente y unas horas después me "brotó" lo que pensé era una quemada en la lengua, pero al pasar los días, esa quemada no sólo no sanaba sino además había crecido. Al no saber de que se trataba, se nos ocurrió presentarnos en la sala de Urgencias de un hospital, y de ahí no salí hasta 24hrs después. 
Yo amamantando a Alejandro mientras espero en la sala de Urgencias

Éste fue mi segundo encuentro con el quirófano. La parte cómica de esta ocasión fue cuando el anesteciólogo me dijo al inyectar el sedante por la vía intravenosa: "Es la misma droga que usaba Michael Jackson"....yo sólo recuerdo su gran sonrisa y haber pensado "pero MJ se murió!". Se trataba de una glándula salival tapada.


Y ahora, parece que de la tercera no me safaré. Hace un par de semanas amanecí con un intenso dolor en la muñeca, y después de la experiencia que acabo de escribir, pensé que era mejor visitar al médico de una vez en lugar de esperar a que curara sola y así evitar que de ser un problema serio se agravara. Pero cual va siendo mi sorpresa que después de realizarme unas famosas pruebas de un famoso médico de la historia cuyo nombre no puedo recordar, el diagnostico que me dieron tiene como única cura efectiva la cirugía...


"Tengo manita, no tengo manita, porque la tengo desconchabadita"

Por lo pronto le doy tiempo al tiempo y espero que mientras los desinflamatorios que tomo y la inmovilización de la mano actúen un poco a su favor y ocurra un milagro y esta vez pueda safarme de encontrarme nuevamente en el quirófano.


Me despido gritando con patada incluida a la Michael Jackson "Awww", kangoo jackson

julio 09, 2012

Gatos, perros y bebés.

Ya había escrito sobre Pepper, una gatita de ángora que adoptamos hace poco más de 3 años y de Lúlu, una perrita chihuahua que es de mi mamá pero ha vivido en nuestro patio los últimos meses, y de cómo lograron ser "amigas" a pesar de que las leyes de sus razas dictan lo contrario, ellas aprendieron a convivir y hasta puedo decir que marcaron límites e hicieron un acuerdo.

La Pepper vivía dentro de la casa, ahí había crecido desde que la trajimos cuando aún era cachorro, de unos 3 meses de nacida. No conocía los árboles, ni el pasto, ni otros animales (excepto a lo mejor, alguna clase de insecto o mosca que anduviese dentro de casa). Le tenía miedo a la gente, en cuanto alguien llegaba a la casa, ella salía corriendo a esconderse, a diferencia de otros gatos que he tenido en mi vida que ¡atacaban a las visitas! Pepper no, ella prefería esconderse y su lugar favorito era un sillón que está en mi recámara.

En noviembre del año pasado llegó a vivir con nosotros la Lúlu. Le tocó quedarse afuera, cuando ella, cual perrita privilegiada vivía dentro de la casa de mis papás (con la ventaja de salir a pasear si quería durante el día). Aquí le pusimos una casita para perro con su canastita favorita y sus cobijas. Al fin perro, noble como suelen ser, se adaptó rápidamente.

En ese entonces yo estaba embarazda y a punto de tener a mi bebé, y comenzaba a preguntarme qué hacer con respecto a mi mascota. Me era muy doloroso deshacerme de ella, pues es parte de la familia y fue una gran compañera para mi todos estos años. Además quería que Alejandro tuviera esa cercanía con los animales, poder enseñarle desde bebé cómo tratarlos y cómo cuidarlos. Pero también me invadían los comentarios de la gente, que si los gatos son malos, que se roban el alma de los bebés, que los asfixian mientras duermen, que el pelo, que las alergías, etc.

Algunos son mitos, lo corraboré con el veterinario y con mi ginecólogo. Ambos desmentían todos esos miedos que teníamos. Así dedicimos que las cosas se quedarían como estaban y en el transcurso del tiempo, si fuera necesario, tomaríamos otra decisión.

Y así, el tiempo pasó y llegó el bebé a casa. Los días que estuve hospitalizada por su nacimiento, me cuenta mi mamá que Pepper se la pasó acostada afuera de nuestra recámara y de vez en cuando comenzaba a maullar desesperadamente como buscandonos y extrañandonos.

Los primeros días con el bebé me hicieron darme cuenta que ya no podía atender a mi "hija peluda", se habían terminado los mimos, el permiso para acostarse en la cama junto a mi, el privilegio de dormir en el sillón de mi recámara y casi todo a lo que ella estaba acostumbrada a hacer con libertad. Su reacción ante el bebé al principio era como con las visitas, huía a esconderse al escucharlo llorar. Pero después se dió cuenta de que era el nuevo miembro de su familia.
Pepper y  yo (no pude girar la foto..upss!!)

Pasó el primer mes de vida de Alejandro y coincidió con el primer (o segundo) celo de la gatita. Nunca la habíamos visto tener un celo (es más, creo que nunca había visto a una gata en celo)...pobre...decidimos que lo mejor era esterilizarla y así, junto a eso, poder darle la libertad de salir a la calle de una vez.

Así que bueno, fue operada y al mismo tiempo instalamos una puertita para que pudiera entrar y salir de la casa cuando ella quisiera, con la única limitante que sólo puede pasar a la lavandería donde se encuentran sus platos de comida y agua. Pensé que era muy cruel mantenerla encerrada y encima de eso, con tantas privaciones y que lo mejor para ella, era descubrir el mundo.

Ha sido muy feliz desde entonces, ahora la llamamos de cariño "Rasta-Pepper" pues se le han formado rastas en su pelo. Tiene amigos gatos que la visitan seguido y de repente la dejamos pasar por la casa para un rato de apapacho.

 Pepper y Alejandro en el sillón

Pero eso si, Pepper le deja claro a Lúlu, que esta sigue siendo su casa y nosotros "suyos".

Alejandro prefiere a la Lúlu porque cuando lo ve, hace gracias y piruetas que le dan mucha risa, mientras que a la Pepper le gusta sentir los piecitos del bebé dandole masaje en el lomo, lo que provoca su peculiar rronrroneo.

Y como en los cuentos, ésta historia también ha tenido un final feliz.



Jugando con la Lúlu a través de la ventana.

Aqui un extracto de un libro que leí cuando estaba embarazada con respecto a los niños y animales:

"Los animales sirven muy bien para una buena y eficaz educación a los niños en sus diversas edades. Los perros y gatos son considerados como elementos primordiales cuando precisan de compañeros para jugar. Se ha comprobado una y otra vez que los niños que saben responsabilizarse para con los animales domésticos, también son atentos y considerados en otros aspectos y se comportan de una manera reflexiva.

Es responsabilidad de los padres, dar explicaciones al niño, de que éste no tratará al animalito como un juguete más entre los varios que ya posee, sino como un amigo y compañero a quien deberá dedicar tiempo.

Es sorprendente lo que pueden aprender los niños que se relacionan con animalitos. Una de las primeras lecciones, para su propia seguridad y la de los animalitos, ha de ser con respecto a la limpieza que éstos requieren y los cuidados que se les deben proporcionar." Schutz-Wild, Lore; Muñoz López, Dr.F. El Libro de la madre y el niño, 4a edición.

Y aqui un resumen de un artículo que casualmente salió el día de hoy en el periódico La Jornada:

"Los niños que conviven con perros tienen menos chances de presentar ciertos tipos de infecciones a los oídos o problemas respiratorios que aquellos que no tienen mascotas.

El estudio, presentado en la publicación estadounidense Pediatrics, no especifica las razones de este resultado, pero sugiere que estar rodeado de un perro que pasa parte de su día al aire libre fortalecería el sistema inmunológico del niño en su primer año de vida.

Los gatos también ofrecerían este tipo de protección para los bebés, aunque el efecto sería menor que con los perros.

El estudio concluyó que los bebés que conviven con gatos o perros tienen un 30% menos de posibilidades de presentar síntomas de infecciones respiratorias -que incluyen tos, rinitis y fiebre-,mientras que alrededor de la mitad probablemente no sufrirá infecciones de oído.

Hay evidencia preliminar de que tener un perro puede ser beneficioso contra infecciones en el tracto respiratorio durante su primer año de vida, destaca el estudio.

El contacto con animales ayudaría a madurar el sistema inmunológico, llevando a una respuesta inmunológica más tranquila y a una breve duración de las infecciones.

El resultado fue significativo, incluso luego de que los investigadores descartaran otros factores influyentes, como no haber sido amamantados, asistir a la guardería, haber sido criados por fumadores o padres con asma, o convivir con otros niños.

Además de tener menos infecciones en los oídos e infecciones respiratorias, los bebés que viven con perros tienden a precisar de menos tratamientos con antibióticos en comparación con aquellos que viven en hogares sin mascotas.

Investigaciones anteriores han demostrado resultados diversos, como aquellos estudios que señalan que tener mascotas no aporta ningún beneficio a los niños u otros en los que el contacto con animales ofrecería protección contra resfríos y dolencias estomacales.

Pero los autores del estudio en Finlandia destacan que su análisis se diferencia por haberse enfocado exclusivamente en el primer año de vida y no incluye la presencia de otros niños."
Artículo completo:http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2012/07/09/111031075-convivir-con-perros-evitaria-que-bebes-sufran-ciertas-infecciones-estudio

en el idioma de los gatos, los perros y los bebés me despido: miau , guau-guau, nananana, kangoo

julio 08, 2012

El preferido

Alejandro ha sido un bebe muy afortunado, ha crecido enmedio de una "tribu" de amor conformada por sus padres y sus abuelos maternos (principalmente). Las primeras semanas nos peleabamos mi mamá y yo por cargarlo o por manejar su carrito en el centro comercial..jajaja qué orgullosas nos sentíamos de tenerlo finalmente entre nosotros!!

Pero la verdad, creo que para él, siempre ha existido un favorito, su abuelo Roberto.


Al mes de nacido (creo) mirando por la ventana

Desde que nació, sus brazos cálidos y amorosos han sido sus favoritos para dormir, su abuelo Roberto siempre logra que Alejandro se arrulle comodamente con sus movimientos de arriba abajo haciendo unos ruiditos característicos y siempre que él lo ve llegar a casa le sonríe con esa sonrisa que ya lo caracteriza desde que aprendió a esbozarla (¡Cómo nos hace feliz mirarlo sonreir!).

Ayer nos fuimos de paseo con los abuelos, y el abuelo fue el elegido para empujar su carreola por el centro comercial (ya cedimos mi mamá y yo y dejamos de pelearnos ese privilegio jajaja). Alejandro sigue disfrutando muchísimo de su compañía, de sus mimos, de su platica, de sus juegos. Yo también siempre los he disfrutado y ahora me llena de amor verlos así. Tan abuelo y nieto, tan amigos, tan compadres. 

Gracias papi por trascender este amor que nos tienes a tus  tres hijos, ahora hacia tus nietos, y ojalá que dure muchos años más este disfrutar por la vida juntos.




Con amor, kangoo

julio 07, 2012

Los últimos 7 meses

Han pasado poco mas de sietes meses que no pasaba por aqui, mis disculpas, ya les contare que ha estado sucediendo en mi vida y prometo darle continuidad a mi reaparacion.

Sin poder encontrar las palabras precisas que describan lo sucedido, intentare llenar esos huecos con algunas imagenes y dejar que por si solas cuenten la historia, lo que si puedo  hacer es enlistar algunas palabras que mas se acercan a la descripción de lo sucedido: nacimiento, crecimiento y comienzo (¡ademas me encanta que riman entre si!); metamorfosis, aprendizaje, asombro, GRAN felicidad, AMOR (de este mucho, muchisimo), compañia y realizacion. Pero tambien ha tenido su "lado B", no puedo presumir que todo es color de rosa, he tenido tambien dolor, soledad, angustia, incertidumbre y miedo. En si, ha comenzado la mas maravillosa aventura en mi vida, me he convertido en mamá (!!!!!!!!!!).


Y todo comenzó el 28 de noviembre de 2011






 

Y este es, mi pequeño Alejandro, de 7 meses.