Aquel año que terminaba había sido duro para mi pues había tenido una temporada difícil emocionalmente; de esas etapas en la vida que uno entra en crisis existencial y la vida nos pone en ese estado de búsqueda y de interrogante. Pero ahí estaba, siempre bien acompañada, apoyada y amada por Willy.
Las fiestas de año nuevo nunca han sido lo mío. De niña no tengo recuerdos de fiestas en esta fecha. Después comprendí que se debe a que era la fecha en que regresabamos de viaje despues de pasar navidad en casa de mis abuelos, y entonces ahora si que el año nuevo nos pasaba "de noche" y dormidos en el carro mientras mi papá manejaba 16 horas para llegar a casa. Ya mas grande alguna que otra vez estuve en una fiesta casera entre amigos, otras en casa de mi abuela en Paras, NL y una o dos veces en un antro hasta el "copete" de gente queriendome salir por la incomodidad y falta de aire.
Así que definitivamente no es lo mio celebrar el año nuevo, pero esa ocasión fue P-E-R-F-E-C-T-A.
Compré sushi, una botella de champaña y uvas. Nos arreglamos muy guapetones, tomamos nuestras copas, escribimos en un papel nuestros anhelos y deseos para el siguiente año, hablamos de las cosas que queriamos dejar atras del año que terminaba y hasta salimos a dar la vuelta con las maletas. Terminamos en pijama viendo la tele, abrazados, juntos, disfrutando ver pasar el tiempo y la vida.
Eso para mi bastó. Fue la mejor celebración de año nuevo que he tenido y que ha sido irrepetible. Feliz de empezar una nueva etapa, un nuevo año, un nuevo ciclo como cada vez que ocurre después de esos 365 días vividos.
Y seguimos en esto, en espera de que llegue otro año nuevo y se lleve con el que se hace viejo, todas aquellas cosas que queremos dejar atras.
kangoo
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