septiembre 24, 2012

Sueño premonitorio

Era 21 de diciembre de 2012, finalmente se había destapado la noticia de que llegaría el cambio a nuestro planeta y que a lo mejor solo pocos sobrevivirían.

Había que tomar la decisión de quererse salvar o de tentar al destino y a la propia evolución, anotandose en una lista para tener acceso al búnker subterráneo que aseguraba protección, alimento y "buen ambiente" durante los 7 días que duraría el suceso planetario (Seguro, si Dios necesitó 7 días para crearlo, necesitaba 7 para cambiarlo, claro).

Yo había decidido no entrarle al búnker, pensando que si el mundo cambiaría a tal grado que fuera inhabitable, ¿que chiste tendría seguir con vida? o si la catastrofe impidiera volver a salir del búnker, no quería ser parte de una crisis por falta de alimento ahi dentro y ¡terminar comiendome a otro humano! ¡guacala! no, mejor vivir en carne propia los eventos y poderlos contar aunque fuera a otros seres en otra dimensión más avanzada.

Así que se llegó el día. Los que estaban en la lista debían entrar al búnker unicamente con su pijama puesta, en pantuflas y había que cortarse el cabello corto. Podían seguir teniendo cierto contacto con los de "afuera" a través de unas ventanitas, así que podía ver que las mujeres estaban en una habitación separadas de los hombres (¡les dije! ¿así que chiste? menos mal que me habia quedado afuera). Se escuchaba música clásica de fondo y cada una tenía asignada una camita de una litera de cuatro y las veía cotorreando como en una pijamada con papitas y bebida incluida...¡aa que buen chal se puede tener en una noche de pijamada con las amigas!

Afuera, los hechos serían los siguientes:

Día 1: El Sol comenzaría a brillar en tonos naranja, sería tan fuerte y tan caluroso que no podríamos exponernos ni al minimo rayo, pero en la sombra se sentiría un gran frío tipo invernal.


Día 2: El Sol continuaría brillando hasta llegar a su tonalidad amarilla, eso querría decir que ahora no nada mas sería muy caliente, sino que además tendría el "poder" de un láser. Al mismo tiempo, el campo electromagnético vibraría tan fuerte que todas las cosas eléctricas dejarían de funcionar.

Día 3: Aparecerían zombies



Día 4: El Sol se colapsa y la luna absorve la cantidad de energía suficiente para iluminar a la Tierra por sí sola, en una tonalidad azul-violácea (muy hermoso por cierto). El clima sería frío y neblinoso constante, como si las 24hrs fueran iguales (Si, como si la Luna no girara alrededor de la Tierra, no habría cambios de luz).


Día 5: El caos se viviría, pues de pronto dejaríamos de entendernos unos a otros, como en la torre de Babel.

Recuerdo que ese fue el día en que veía a Willy pasar corriendo por la calle y trataba de que me volteara a ver sin éxito de que me escuchara. Así lo mire irse, sin darse cuenta de que me había dejado parada en la banqueta con Alejandro en brazos (carita triste aquí).

Día 6: No habría otra cosa que comer mas que manzanas.

Alejandro estaba sentado en su periquera masticando un trozo de manzana y yo trataba de hablar por telefono para conseguir las indicaciones y el mapa para llegar a algun lugar. En eso, una de las chicas de adentro del bunker me pasaba un trozo de chocolate por la ventanita! "muchas gracias" le dije y al abrir el chocolate en la envoltura venia un mapa. Agarre al bebe y nos fuimos.

Día 7: El fin



Pero no fue el fin, porque de pronto me vi nuevamente con Willy, sentados en algun lugar parecido al jardin de la pelicula de Willy Wonka, lleno de colores brillantes en medio de un concierto, con mucha gente bailando super contenta y divertida, onda festival de música. Veía a las personas tomar agua con mucho gusto y gritando como si festejaran alguna victoria.

Y yo, me sentí feliz de estar ahi (carita feliz aquí).

Sólo fue un sueño que tuve la noche del 24 de septiembre de 2012...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ay Monina, cualquiera diría que " te la fumaste muy verde" jejejej..tu abuelo decía que los sueños, sueños son. ;-)