Me pareció que era una buena idea celebrar de manera distinta y darle un plus, así que investigué y di con un lugarcito cerca de Monterrey alejado de la civiliación donde además de masajes tambien se hacen temazcales (son unos "baños" prehispánicos que además traen un rollo espiritual muy canijo), pero de esos que son rollo spa y no rollo "guerrero".
Llegamos un sábado a medio día y en la recepción nos ofrecieron un té calientito de zacate-limón con miel (que ahí mismo cultivaban)...uff! nos volvimos adictos a él y el resto del fin de semana fue nuestra bebida predilecta. En el comedor ya nos esperaba una comida caliente, saludable y basta. Notamos que eramos unas 8 o 10 parejas en el lugar nada mas, con lo cual la estancia era mas agradable.
El lugar estaba muy bonito, jardines con flores, una alberca de olas al centro, el comedor, las cabañas, todo muy natural y rústico; la gente muy amable y realmente hicieron de aquel escape algo especial.
La experiencia del Temazcal por la noche, con el cielo estrellado cubriendonos y un clima frío, fue algo que nunca he vuelto a vivir, como un renacer del vientre de nuestra madre Tierra.
Uno de los masajes que me hicieron, lo realizó una chica invidente, lo cual también hizo de aquella experiencia algo super especial, pues a traves de su medio de visión (el tacto), logró relajar mis músculos estresados.
La noche que pasamos ahí, hubo una presentación de danza con fuego, luego cenamos y en la cabaña nos esperaba una botellita de vino y chocolates a la luz de las velas.
El regreso a la realidad fue duro...jajajaja estar allá pasó como en un sueño.
kangoo.
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