diciembre 04, 2012

Y pasó un año...

Y pasó el primer año lleno de cosas nuevas, de emociones y de un amor fuerte e incondicional.
 
Parir un hijo me cambió la vida, aprendí que no hay cosa mas fuerte que el instinto maternal, que este, tiene las respuestas. Aprendí que en el puerperio necesitamos de una tribu amorosa que apoye y acompañe, que comprenda, que acepte, que se informe y que confíe en ese instinto maternal también; que la lactancia materna es maravillosa y que todos los problemas que la pueden suscitar tienen solución: que las grietas se curan con leche materna y un poco de Sol, que cuando se presenta una mastitis se puede y debe continuar amamantando, que los sacaleches del tipo bocina son los peores y que en lugar de ayudar, perjudican. Aprendí que no siempre encuentras donde crees a esa ayuda que tanto ocupas pero que una vez que das con ella no debes dejarla ir.
 
Aprendí que lo único que necesita un bebé son los brazos y el pecho. Aprendí que no hay mejor lugar para dormir que compartiendo la cama, que hacer colecho crea un vínculo con su papá y reduce el estrés de su vida diaria, que de esa manera la mamá puede descansar y no sentirse como zombie el resto del día.
 
Aprendí que un bebé saca lo mejor de cada uno, que nos enseña a ver la vida con mayor detenimiento, a re-aprender las cosas mas sencillas de la vida.
 
Aprendí que los bebés son a prueba de padres. Que al principio maman todo el día todo el tiempo. Que tienen "crisis de crecimiento" a los 15 días, luego a los 3 meses; que no pasa nada si no hacen caca por varios días mientras que cuando hagan no sea dura. Que cuando cumplen 6 meses y pueden comenzar a probar alimentos sólidos no siempre están de acuerdo y que no pasa nada si comienzan hasta los 8 o 9 (o incluso hasta el año), que la leche materna sigue siendo un alimento para ellos hasta mas alla de esos 6 meses.
 
Aprendí que la lactancia materna es cosa de dos, pero que es importante el apoyo de la tercera parte. Que el destete llegará en su momento y que a la gente le encanta opinar al respecto.
 
Aprendí que las cosas mas simples son las que provocan sus carcajadas y que no existe sensación mas placentera que escucharlo reir.
 
Aprendí que el corazón tiene mucho espacio para sentir todo este amor.
 
Me siento afortunada de nuestra tríada feliz, de que Alejandro exista, de que es nuestro bebé. Feliz primer año de vida pequeñito, te amamos mucho!
 
 
Con amor, mamá kangoo (y mamá vaca por 1 año)

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