Dice el dicho "del odio al amor, hay un solo paso". En el caso de los perros y gatos creo que verdaderamente hay "solo un paso" (aqui aplica, hay solo una puerta de vidrio..jaja) y luego aprenden a convivir en armonía, definitivamente, el dar ese paso, nunca es tarea fácil.
Hace 6 meses mi mamá pasó en casa una temporada corta, trajo con ella a su perrita chihuahua llamada "lulu". "Lulu" es muy tierna, juguetona y cariñosa, está acostumbrada a estar dentro de la casa y mover la colita a todo momento indicando que está feliz. Pero, como nosotros tenemos a una gatita que se llama "Pepper" y ella vive dentro de la casa, a la "lulu" le toca estar afuera.
Solo se ven a través del vidrio de la puerta que da al patio, pero reconocen que no son la misma especie.
En aquel entonces, tardaron solo un par de día en acoplarse, después se hicieron grandes amigas y pasaban todo el día, una afuera, la otra adentro, haciendose compañía.
Hace tres días que llegaron mis papás de visita y también la "Lulu" llegó. Ahora no ha sido fácil volverse a acoplar, Pepper ha estado recluida en mi recámara casi sin querer bajar a comer! pero cada que se atreve a bajar y ve que a través de la puerta de vidrio está "alguien extraño", no deja de ir a pelear su territorio!!
Será que ahora tarden mas tiempo en aceptarse??
Pobre "Pepper" estan llegando muchos cambios a su vida.
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